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DIACONIA Aniversario 36 Años de vida institucional
IMPACTO DE LA FRUTICULTURA EN LA VIDA DE LAS FAMILIAS
CAMPESINAS
La diversificación de cultivos es un principio de la Agricultura Ecológica que
DIACONÍA ha instaurado en las chacras de las familias campesinas. Con esa
orientación, en la década de los noventa, DIACONÍA empieza a promover las
plantaciones frutícolas en las comunidades localizadas en cuencas hidrográficas
con valles interandinos situados generalmente entre los 800 a 2,000 metros
sobre el nivel del mar.
Es oportuno citar que los ingenieros y técnicos especialistas en el cultivo de
frutales, detentan la oportunidad de recorrer compartiendo conocimientos con
agricultores/as asentados en las Cuencas de:
Río Casma
Localidades de Casma, Yaután y Pariacoto, siendo los años 1,990 – 2,000 los de
mayor trajín.
Río Nepeña
Caseríos de Jimbe, Moro y Nepeña. La intervención se dio entre los años 1,995 –
2,000.
Río Marañón
Poblados de Celendín-Cajamarca (José Gálvez, Chumuch, Cortegana y Miguel
Iglesias) especialmente en los años 1,993 – 1,998.
Comunidades o caseríos de Huamalíes y Dos de Mayo -Huánuco (Llata, Chavín de
Pariarca, Jacas Grande, Quivilla, Marías y Chuquis) que tuvieron su auge en los
años 2,005 – 2010.
Río Huallaga
Zonas de Umari, habiendo tenido inicio en el año 2,015.
Han sido muy distintas las circunstancias y condiciones que
han posibilitado la evolución, expansión, por último el afianzamiento de las
distintas plantaciones frutícolas en los predios de las familias.
Por citar entre otros, antes del impulso de plantas frutales las familias del
campo se dedicaban por lo común a la siembra de granos andinos e introducidos
(maíz, quinua, trigo, cebada) así como tubérculos (papa, oca, mashua, olluco)
Pese a que las comunidades de la sierra donde DIACONÍA ha priorizado su
intervención, con pisos que se orientan hacia la costa o hacia la selva,
teniendo condiciones óptimas para ciertas especies como el palto, manzano,
durazno, granadilla; con escasas excepciones, en su mayoría las familias
agricultoras no se dedicaban decididamente al cultivo de estas especies
frutícolas. Otro factor que ha motivado al agricultor a hacer un cambio en su
cédula de cultivos es el apoyo que su comunidad ha recibido para el
mejoramiento de sus canales de riego, posibilitando contar con agua de riego
durante todo el año y no solamente en épocas de lluvia.
El palto
Las mayores áreas se encuentran en las Cuencas del Río Casma y Nepeña, sin
embargo también las familias de Celendín han impulsado este frutal. Los
productores de palto manejan todas las fases del cultivo, desde la instalación
del vivero usando un “patrón”, plantación en terreno definitivo, abonamiento,
poda, injerto, control fitosanitario, cosecha, almacenamiento. Por último el
mercado. Las mayores áreas están injertadas con las variedades “Hass” y
“fuerte”.
Manzano
El patrón empleado fue el membrillero sobre el cual se injertaron las
variedades: “San Antonio”, “Delicious”, “Israel” y “Royal Gala”. Es posible
encontrar buenas plantaciones en chacras de Jimbe, Nepeña, Moro, Yaután y
Pariacoto.
Es posible encontrar buenas plantaciones en las chacras de situadas en Jimbe,
Moro, Yaután, también en Pariacoto.
Durazno
Con fondos donados por FINCHURCHAID, Diaconía promovió inicialmente este
cultivo importante en Huamalíes y Dos de Mayo a partir del año 2,005.
Utilizando como “patrón” la variedad “Okinawa”, se han plantado durazneros con
las variedades “Huayco rojo” y “Huayco amarillo”.
Granadilla
Desde el año 2,015 este frutal se suma a la lista de especies que Diaconía
promociona como parte de la diversificación de cultivos. Principalmente las
plantaciones se están realizando en Umari.
Logros resaltantes
Los frutales como el palto, manzano, durazno y granadilla; contribuyen a
complementar la alimentación de las familias campesinas.
La demanda asegurada de estos frutales en los distintos mercados del Perú,
permiten mejorar los ingresos económicos de las familias.
El sistema de cultivo orgánico, es integral porque permite el uso eficiente del
agua, es compatible con el medio ambiente debido a que no se usan peligrosos
agroquímicos. La cobertura vegetal con cercos agroforestales y las plantaciones
en terrazas reduce la erosión de suelos.
Máximo Contreras Lobato
Asociado